En los entrenamientos de los equipos base de cualquier deporte se trabaja para que las niñas, niños y adolescentes que lo practican vayan entrando en contacto con el deporte en cuestión. En concreto en el baloncesto se busca, además de preparar la técnica, que se tenga resistencia.
Aunque la dinámica de entrenamientos depende de la categoría, según dice Lucía Ruiz, entrenadora en el Club Cabo Mar, “son los mismos ejercicios en todas las categorías, simplemente le metes más intensidad y algunas variables y cambia el ejercicio”. En cuanto a los entrenamientos, el entrenador del Club Baloncesto Moratalaz, Alfonso García cree que es muy importante “empezar con una parte física” que, en el caso de su club, corresponde a un preparador físico. Iratxe Donazar es otra de las entrenadoras de Cabo Mar y cuenta que el objetivo de cada temporada es que “vayan adquiriendo habilidades básicas en baloncesto y si las tienen adquiridas, perfeccionarlas”.
Las jugadoras y jugadores explican que los entrenamientos siempre son intensos. De hecho, confiesan que les meten “bastante caña” sus entrenadores. Aunque no les supone un problema porque lo entienden como una forma de mejorar y superarse día a día. Cambios que también aprecian sus padres. La madre de una de las niñas de Cabo Mar asegura que su hija “antes era una niña muy blandita, con poca coordinación” y dice que ahora “tiene una energía extrema”. Y otro de los padres dice que a su hija “le ha cambiado la vida desde que juega al baloncesto”.
Formar parte de un equipo deportivo es una manera de divertirte y despejar la mente cada día de entrenamiento. Y si además lo practicas durante mucho tiempo sientes la satisfacción de ir creciendo y mejorando.